SE FELIZ, DIBUJA COMO QUIERAS

Muchas veces las personas que se acercan a mi taller a tomar clases suelen decirme: “Quiero aprender a dibujar sencillo, y así como haces vos que te salís de los bordes. Mira que no sé dibujar nada, eh!? sólo lo que aprendí en el colegio”. Hoy quiero hablar sobre eso que nos enseñaron en el colegio o cuando fuimos chicos y en algunos casos, en realidad casi siempre, cuando somos mayores nos lleva a querer otra cosa.


El dibujo infantil es un medio de comunicación y expresión fundamental para que los chicos comiencen a representar la realidad, SU realidad. La relación entre jugar y dibujar es muy especial. Durante nuestra infancia, dedicamos muchísimo tiempo a dibujar porque lo disfrutamos y sentimos que estamos jugando. Además dibujar es una pieza fundamental para el desarrollo de tres áreas importantísimas del niño, la motora, la cognitiva y la emocional.


Sin embargo los adultos muchas veces intentamos controlar las formas o impulsos de los chics al dibujar. Sin darnos cuenta podemos encontrarnos diciendo: No te salgas de la línea, tratá de no salir del contorno” o ¡Qué lindo y qué prolijito!”. Y años más tarde recién esos niños conocerán el peso real de estas palabras.


Picasso decía que todo niño es un artista. El problema es cómo seguir siendo artista una vez que crecemos. Y no puedo estar más alineado con este concepto. 


El dibujo permite a los niños plasmar su comprensión del mundo. También representar lo que les preocupa, lo que desean y todas sus emociones. Desarrollan su sensibilidad y es una oportunidad de crear constantemente. Simplemente son libres.


No debemos jamás matarles la creatividad y la imaginación, son pilares fundamentales para su educación. Debemos estimular su capacidad de crear sin ponerles límites, sin corregir sus dibujos y valorando su mirada de la realidad o de sus deseos, porque es SU mirada, no la nuestra. No se imaginan lo que esto colabora a mejorar su autoestima y seguridad.


Volviendo al primer párrafo, dibujar es sencillo si nos brindan las herramientas y técnicas adecuadas, lo más difícil es destrabar nuestra mente que arrastra desde pequeños que no debemos salirnos de las líneas, mandatos ridículos que sólo sirven para limitar nuestra creatividad y cuando somos grandes se manifiestan en nuestras rutinas diarias sin darnos cuenta. 


Por eso muchas alumnas quieren aprender a dibujar de una manera “relajada” llamémosle, pero cuando terminan un dibujo que quizás les llevó 4 clases dibujar y llega el momento de pintar con acuarela y salirse de las líneas, no pueden hacerlo con facilidad por miedo. Un miedo de muchos años, vértigo a que salga algo mal y no poder arreglarlo, arruinar eso que les costó tanto trabajo hacer. Todo ello, es algo que cuando somos chicos no cargamos en nuestras espaldas, por eso debemos cuidarlo tanto. La impunidad de los chicos es el don más maravilloso que muchas veces el adulto cuestiona y mata. 


Si alguna maestra en la escuela les dice que no deben pasarse de los contornos, explíquenles a esos chicos que simplemente lo tomen como un ejercicio más pero que cuando están dibujando solos hagan lo que quieran, porque así debe ser. Nadie debe cuestionar sus impulsos o impronta. A la libertad se enseña a valorarla desde la niñez.


Picasso también decía: “Me tomó cuatro años pintar como Rafael, pero me llevó toda una vida aprender a dibujar como un niño”. Y créanme que es así.



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