DONDE NO PUEDO SER YO, PREFIERO NO ESTAR




Ayer se cumplió un año de la noche en que me fracture el pie. Hacia meses que estábamos encerrados cumpliendo una cuarentena impensada, almohadones, mantas y colchonetas invadían el living de casa para maratonear viendo series. Y si, pisando algo de todo eso, me caí y gané una doble fractura de metatarsiano que seguramente me acompañará toda la vida, sobretodo los días de humedad. Pero no fue lo único que pasó desde esos días.


"La experiencia me dice que hay tener un poco de miedo a la cuarentena inteligente, porque es dejar alguna parte de la sociedad en libertad de acción como si a ellos el riesgo no les tocara", decía el presidente cuestionando países como Chile o Suecia. 

Mientras tanto casi todos los argentinos estábamos encerrados, cumpliendo cada directiva, pidiendo permisos ridículos, adaptándonos a esa realidad siniestra que un grupo de delirantes imponía, y sintiendo que nadie nos cuidaba. Aumentaron los casos de suicidio, avanzaron o aparecieron otras enfermedades, se adueñó de muchos la violencia fuera y dentro de casa, y prefiero ni hablar de las secuelas psicológicas que va a dejarnos este manojo de malas decisiones.

El panorama ya era desolador, entre los "sachets" de agua que repartía Malena, la suelta de presos, los varados 2020 que nunca fueron repatriados, el colapso de jubilados haciendo cola toda una noche para cobrar y mil tomadas de pelo peligrosísimas que se mandaban. 

Lo bueno era que teníamos para entretenernos programas de tv no esenciales y periodistas tibios. O la radio y tv pública que no paraban de incorporar gente para "educarnos" y "concientizar", dándole esa prioridad al destino de nuestros impuestos (impuestos que muchos no podían pagar por no poder laburar y jamás suspendieron en medio de esta locura). Ni hablar de los sueldos y la guita que le debían y deben a los médicos. Miles de rubros destruidos, empresas y emprendedores quebrados, sueños y proyectos frustrados, quizás para siempre. La destrucción del laburo de toda una vida tirada al tacho por decisiones egoístas.


Pero no se conformaron con eso, también alentaron el NO trabajar y el NO estudiar. Convencernos de que si estudias, te formas, trabajas, pagas todos los impuestos, ahorras y a lo mejor con mucho esfuerzo logras en algún momento de tu vida tener un terreno propio, no sirve. Un día todo puede cambiar, te pueden alentar a todo lo contrario. Por ejemplo premiando con $300.000 la usurpación disfrazada de subsidio.


Muchos argentinos no cobran sueldos de $50.000, ni se acercan en muchos casos. Son 2 jubilaciones para ser más gráficos. En estos meses miles de laburantes se quedaron sin trabajo, cerraron sus negocios o hacen malabares para llegar a pagar todos los impuestos y el alquiler, pero para qué premiar el mérito(?) si adelantarse en una fila no es delito y es más rápido.


Otra cosa que recuerdo es que en medio del récord diario de casos de contagios y muertes de COVID-19 el flamante Gobernador le pagaba a quienes se contagiaban, se acuerdan? Incoherente como toda la gestión. 


Qué decir de la ausencia de clases presenciales. Pérdida de aprendizaje irrecuperable exponiendo física y psicológicamente a chicos y adolescentes con daños probablemente en algunos casos irreversibles. Sólo para fomentar la ignorancia y la desigualdad.

Por suerte un grupo de “Padres Organizados” tomó la posta y levantó la voz. De ser un manojo de personas chateando en grupos de WhatsApp y redes sociales, de pronto fueron miles de velas. Qué tarea surrealista la de convencer y explicar porque queremos que nuestros hijos y todos los chicos vuelvan a la Escuela y qué papel lamentable hacen los egoístas que critican la vuelta a la presencialidad, pero defienden y militan el adoctrinamiento (“debate formidable”) en los Colegios o Universidades.


El silencio muchas veces se volvió ruidoso en todos estos meses. Ningún referente de los DD.HH., ningún intelectual, ningún "progre" defensor de la igualdad,  NADIE, absolutamente a nadie se escuchó hablar sobre Formosa, mucho menos a la Sororidad solidarizarse con las embarazadas de los montes.


Quizás fue porque Alberto alguna vez dijo sobre Gildo que era "uno de los mejores políticos y seres humanos" o quizás por que el secretario de DD.HH. Pietragalla (el que pidió liberación de Boudou, Jaime y Schiavi y nunca condenó avasallamientos de DD.HH. en Venezuela) dijo que las denuncias de Formosa “son un chiste” y que "no hay centros clandestinos de detención, que todos saben dónde están". Debe ser también por eso que a la silenciada Donda, presidenta del Inadi, tampoco se la vió ni escuchó.


Otra cosa que hicieron fue afanarse las vacunas cuando nadie votó a estos tipos para que decidan quien VIVE y quien MUERE. Tampoco permitieron que aceptemos donaciones de vacunas de personas que estaban en condiciones de traerlas a nuestro país como Almeyda, ni que usemos los respiradores donados por Messi, ni los aviones a disposición que podían ayudar a traer a los varados 2021, nada, nos negaron todo. 


Miles de personas mayores o enfermas esperaron y esperan su vacuna por meses sin ver a sus familias, perdiéndose besos y abrazos, solos, asustados e intentando llevar una vida normal dentro de esta locura. Mientras en Olivos la querida Fabi brindaba con amigos, su pareja y toda la impunidad. Pero digamos todo (como dicen ahora), como no hubo contagios, y sólo fue "un error que cualquier argentino ha cometido en cuarentena" según la Ministra de Salud (quien vacunó ilegalmente a sus padres incluyéndolos así a una extensa lista de vacunados VIP), se puede reparar con algunas monedas que sobren de 4 sueldos presidenciales.


Duele ver a esta Argentina, duele ver como rompieron y rompen todo.


Al final y ya lo dijo Dolina, no sé para que me meto a pensar si no estoy acostumbrada. Mejor me entretengo con los carpinchos, para qué pensar?




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